Creo que nada se iguala a la mañana de los domingos. Hay quienes esperan el domingo para dormir más pero yo no. Si bien no madrugo como el resto de los días de la semana, para mí la mañana del domingo tiene un encanto especial y si es en otoño con el sol brillando como el de hoy, el plan simplemente es perfecto. Son los tiempos sin reloj