A veces, cada vez más seguido se nos pasan las horas, los días. Sin darnos cuenta el invierno terminó y la primavera se hace cada día más presente. Trabajo, vacaciones, viajes y julio y agosto pasaron por nosotras y dejaron cosas, como dejan todos los días, como dejan todos los meses. Cosas grandes, cosas pequeñas, las simples de todos los días…como este poema que describe lo simple. Algo tan simple y tan anhelado como el volver a casa.
El hervor
“Fue la primera vez que me sentí como si no
perteneciera a ninguna parte”.
Sam Shepard
Silba la pava
y me avisa algo más que su hervor,
he llegado a casa.
La dejo que silbe y el aire
se va impregnando de olores
que extrañaba;
a leña encendida en la salamandra
el último julio y a juncos
de la cortina
que se humedece con el vaho.
Cada vez más filoso su sonido,
vuelve a anunciarme
que está lista el agua para el té,
si eso era lo que quería,
que ahí están las hierbas
y las tacitas chinas y qué espero
para bajarlas del estante
y qué más, si está todo en orden
aunque me ausente
aunque me vuelva irreconocible
el entusiasmo por viajar.
Si como digo el mar se aislaba
detrás de una tormenta de arena,
mientras la playa era un cristal raspado
al final de una ruta solitaria y desconocida.
Si como digo los vientos cruzados del sur
inutilizaban el aeropuerto
y el tiempo se detuvo sin respuestas,
ahora debería preparar ese té.
He llegado a casa, he llegado a casa.
Mientras dura el silbo entiendo,
el agua que hierve tiene valor
prender una hornalla tiene valor.
Pero una deja de escuchar.
El adormecimiento fue haber dejado
de escuchar. El bien, el amparo
son percepciones que se pierden.
Sigue el silbido y lo dejaría
para siempre
porque quiero que me diga,
aunque no haya palabras dulces,
que estoy en casa
que el desierto es una línea imaginaria
y que no me atraviesa.
La línea del desierto (Alicia Genovese, Gog & Magog)
Volver a casa, ser parte de ella. Volver siempre a nuestras escenas cotidianas. Aguais hoy comparte dos ilustraciones, las de julio y agosto. Porque los meses pasaron sin darnos cuenta y eso nos recordó que siempre debemos parar para mirar. Para mirarnos. Para vivir.
Dos regalos de ilustraciones originales, pequeñas escenas cotidianas que Aguais nos regala para recordarnos que la vida es eso, pequeños gestos, pequeños rituales.
Que tengas una muy buena semana, en este lado del hemisferio cada día se siente mas la primavera :).
Ph. y textos: Vicky Fernández
Ilustraciones: Aguais