La semana pasada hicimos un stop con las entrevistas y nos tomamos el feriado, pero hoy, aquí de nuevo comenzamos otro lunes con una charla inspiradora con una ilustradora y escritora de cuentos infantiles a la que admiramos mucho y a la cual hacía tiempo quería entrevistar, las casualidades, o no, hicieron que Mariana dejara un lindo comentario en el posteo de la entrevista a Maira Purman, y no podía dejar pasar ese momento. Así que al instante la contacté y esa misma semana tenía esta hermosa charla con Mariana Ruiz Johnson que hoy les comparto...
"Nací en 1984, y soy la mayor (y la única mujer) de tres hijos. Mis papás se dedican a los libros así que en mi casa siempre hubo bibliotecas pobladas y materiales de arte, y me la pasaba dibujando y escribiendo por ahí. Los sábados me llevaban a la librería de mi barrio, Martínez, y aún en momentos difíciles nunca me dijeron que no a un libro.
Cuando terminé el colegio, empecé la carrera de Artes Visuales, en La Boca: allí salí un poco del cascarón y aprendí mucho sobre lenguaje visual e historia del arte. También empecé a estudiar ilustración en Sótano Blanco, una escuela hermosa en San Telmo que ya no existe, y empecé a tomar mis primeros trabajos como ilustradora. Con el tiempo terminé convirtiéndome en docente y coordinadora de las clases de ilustración infantil en la escuela, junto a Sabina Álvarez Schürmann. Fue en esa época que empecé a salir con Pato y nos fuimos a vivir juntos. Tuve la suerte de ir varias veces a la Feria del libro infantil de Bologna, Italia, con mis proyectos debajo del brazo y así empecé a publicar en otros países y también a escribir mis propios libros. Tuve a mi primer hijo, Pepo, y con él vino mucha inspiración y una revolución interior. En torno a su llegada hice dos libros con los que gané dos premios importantes en Europa: el premio Compostela con mi libro Mamá y el premio Silent Book Contest con mi Libro Mientras Duermes. Hace un año llego al mundo nuestro segundo bebito, Félix."
V: Vives en Buenos Aires pero has recorrido otras ciudades, ¿es TU lugar en el mundo?
M: Buenos Aires es una ciudad mutante, me sorprende todo el tiempo. Se ajusta a cada necesidad, a cada persona, a cada edad: pasa de todo constantemente. Por ejemplo, ahora la estoy redescubriendo con mis hijos y se abrió un abanico de matices que no conocía. Me cuesta pensar en una vida lejos de Buenos Aires, y aunque vivo en las afueras, podría contar un poco de mi historia en cada barrio porteño. Soy urbana, un bicho de mi hermosa ciudad.
V: ¿cómo es un día de Mariana?
M: Desde que soy mamá, me levanto antes de las siete para preparar el desayuno y vestir a los chicos, que es toda una logística que compartimos con el papá. Ya mientras me ducho voy pensando qué proyectos voy a encarar en el día, ya que suelo trabajar en varios a la vez, y trato de ponerme objetivos diarios. Después se van al Colegio y es el momento de trabajar. Trato de aprovechar al máximo las pocas horas que tengo.
Al tener un bebé, mi vida está atravesada por tareas maternales. Entonces, trabajo en las siestas, trabajo sin haber dormido bien, trabajo en la cocina y dejo que mi bebé vacíe todas las alacenas o me levanto cada cinco minutos tratando de no perder el hilo. Cambié mucho mi forma de trabajar por este motivo: antes desplegaba pinceles, acrílicos y témperas, ahora sólo necesito una laptop, la wacom (tableta gráfica) y un cuaderno. Frente al cambio, adaptación.
A las cuatro o cinco me gusta cortar con el laburo, porque ya me dedico a los chicos. Vamos a la plaza o hacemos algo juntos en casa. A la noche cocinamos mientras escuchamos música (generalmente nos gusta el ritual del vinilo).
Pienso que le saco agua a las piedras, tratando de exprimir el tiempo al máximo. Trabajar en casa y tener chicos ¡no es nada fácil! Hay días que se complican mucho, hay que ser flexible y soltar cuando no se puede. Con mi pareja compartimos crianza, tareas domésticas, y algunos días el espacio de trabajo. Es un cóctel que a nosotros nos resulta, pero hay que bancarse el caos.
V: ¿cuales son tus fuentes de inspiración?
M: Los viajes, siempre. Una buena película. El arte popular y folklórico. El rock. Comer rico. Los libros. Las plantas. Los objetos lindos. Las librerías. La moda. Y sobre todo, los niños: sus conversaciones, sus intereses, su juego. Observo mucho a mis hijos y a sus amigos, los dibujitos que ven, la cultura pop que rodea a la infancia, las cosas que los motivan y los interesan.
V: ¿qué ilustradores o artistas han dejado una huella en tu forma de expresarte?
M: Alucino con Pedro Almodóvar y Wes Anderson, porque han logrado todo un imaginario personal que los hace reconocibles y son maestros de utilizar los recursos visuales (color, composición) en función de la historia que están contando.
También vuelvo siempre a los artesanos de México, muchos anónimos, sus figuras de madera y sus bordados me vuelan la cabeza. Y a Luis Alberto Spinetta y a Quino, dos artistas muy íntegros que nos dió nuestro país.
V: ¿porqué eliges ilustrar? Al mismo tiempo ilustras libros infantiles, ¿porqué decidiste ir hacia lo editorial y al público infantil?
M: Porque lo hago desde que soy pequeña, cuando recortaba papeles y los pegaba para armar mis libros. Es lo que mejor sé hacer, creo. Mi papá trabajaba en una editorial y a veces lo acompañaba, entonces me empapé de ese ambiente desde muy chica. Mis dos padres dibujan muy bien, lo hacen cotidianamente, y yo mamé eso desde siempre.Por otro lado, la infancia me interesa en particular, soy de las que se agacha para hablar con los chicos, estoy muy conectada con mi propia infancia y evoco siempre algunas sensaciones y juegos que tuve de chica.
Creo que los libros, la infancia, el dibujo y la literatura son mis cosas preferidas en el mundo, y lo que hago sintetiza todo eso.
V: ¿para quienes ilustras?
M: Mi trabajo tiene varias vetas: por encargo para editoriales, o yo como generadora de proyectos personales que después ofrezco a las editoriales.
V: si tuvieras que definir TU UNIVERSO ILUSTRADO qué "figuras" o "ilustraciones" no pueden faltar nunca en ese universo.
M: Suelen aparecer los animales antropomorfos, personajes sin género que visten lunares o prendas rayadas, la comida y la bebida, la música, las celebraciones, el color y las tramas y texturas. Siempre hay plantas y exhuberancia, noches estrelladas, algo de magia por ahí.
V: ¿siempre fuiste freelance o tuviste algún trabajo en relación de dependencia?
M: El trabajo más extraño y el más duradero fue como secretaria de un médico en la zona de Facultad de Medicina. Me encantaba porque esa ventana donde estaba mi escritorio era una ventana a muchos personajes variopintos: señoras paquetas, ancianos charlatanes, mamás apuradas, médicos. Yo venía del colegio privado de provincia, y en mi primer trabajo aprendí a hacer trámites, a lidiar con gente enojada, a moverme por la ciudad, a organizarme. A la mañana iba a La boca y hacía xilografías o dibujaba con carbonilla, después me fregaba las manos con aguarrás para sacarme las manchas de pintura , almorzaba rápido en el colectivo y por la tarde llenaba fichas médicas y paseaba con un ambo por la ciudad haciendo trámites. Para mí fue súper necesario pasar por ese tipo de experiencias.
V: ¿como llegaste a publicar libros? supongo que no fue de un día para otro, ¿cómo fué el camino?
M: Cuando estudiaba en Sótano Blanco con José Sanabria, hacíamos ejercicios, generabamos imágenes todo el tiempo. Uno de esos veranos, fui de vacaciones a Uruguay con mis viejos y me la pasé dibujando y pintando con acuarelas en la mesa del comedor, casi compulsivamente: selvas, tigres, mujeres, playas.
Así fui armando un portfolio y un día imprimí varias copias, las metí en sobres y recorrí Buenos Aires en colectivo para repartirlos por las editoriales. Al poco tiempo me llamó Mariana Valladares, que trabajaba en Santillana, para encargarme una ilustración. En ese momento yo trabajaba en el consultorio así que tuve que resolverlo a la noche. Durante un tiempo me siguieron encargando ilustraciones, hasta que me llamaron para ilustrar libros completos. Seguí laburando en horarios raros hasta que el volúmen de trabajo justificó que me tirara a la pileta y me entregara a la dulce pero inestable vida del Freelancer.
Como también escribo (aunque en esto soy más insegura), empecé a pensar en mis propios libros en su totalidad, y así encontré una manera de expresarme artísticamente que me llenaba más que la pintura. Ahí tenía total libertad y una vez que tenía el libro bocetado y maquetado, el desafío era buscar un editor. Entonces aparecen los concursos como una opción perfecta, porque buscan proyectos inéditos y terminados. Saqué una Mención Honorífica en A la orilla del Viento de FCE y luego vinieron el Premio Compostela y el Silent Book Contest. Esos concursos visibilizaron mucho mi trabajo.
Siempre estuve abierta a todas las posibilidades del trabajo de ilustradora, un poco por necesidad y otro poco porque creo que de todo se aprende. Me encanta hacer libros álbum pero también disfruto los trabajos más comerciales como los que hago para la revista Jardín de Genios, muchos libros de actividades y de stickers, y ahora me estoy volcando a la ilustración de superficies (patterns). Ese tipo de trabajos te foguea, te da oficio y son entretenidos.
V: ¿algún proyecto en proceso que quieras compartirnos?
M: Estoy trabajando hace tres años por encargo para una editorial inglesa y este año haré con ellos un proyecto pop-up. También estoy haciendo algunos libros para bebés, en formato cartón, un libro álbum para editoriales argentinas y españolas, y claro que tengo muchas ideas en la cabeza
V: ¿Cuál es un proyecto que te encantaría poder concretar por mas lejano que hoy lo veas
M: Que mis libros me lleven de viaje por el mundo :)
V: un consejo para quien decida vivir de lo que le apasiona...
M: Ja, me da un poco de miedo a sonar como gurú de autoayuda, creo que cada uno hace su propio camino, pero tengo algunos consejos que me sirvieron a mí.
Yo creo que hay una gimnasia en lo creativo, soy muy práctica en ese sentido y creo en la frase "culo de fierro" que es básicamente, sentarse y trabajar. Lo demás, para mí, aparece solo.
Establecer un horario diario para hacer lo que te gusta, encontrar un espacio y respetarlo: puede ser ir al bar todas las mañanas, sentarse una hora por noche cuando todos duermen, lo que sea. Pero que sea constante.
Ponerse objetivos diarios, chiquitos, realistas.
Llevar un cuaderno en la mochila para anotar ideas o bocetar.
Buscar ayuda en colegas o maestros y escucharlos dejando de lado el orgullo, se puede aprender mucho de los demás.
Estudiar, interiorizarse, indagar.
Generar tus propias instancias de publicación: las redes sociales, los blogs y los fanzines son herramientas geniales para autoeditarse.
Vincularse con otras personas que hagan lo mismo, para compartir alegrías y también ahogar penas.
No mirar tanto el trabajo de los otros, eso a veces nos frustra y marea, buscar inspiración dentro de uno para encontrar nuestra propia voz y pensar qué es lo que queremos contar.
Trabajar, trabajar y trabajar
V: nos gusta que nuestros entrevistados nos den sus recomendaciones...
viaje ideal: Un viaje que hice dos veces fue Cusco y el Valle Sagrado, en Perú. Y sé que voy a volver. Es la combinación perfecta de paisajes que quitan el aliento y una cultura profundamente arraigada
Si tuvieras que salvar un solo libro de los que hayas ilustrado de un incendio, cual sería? Mamá, porque fue el que me abrió tantas puertas (ganó el premio Compostela al Álbum Ilustrado) y es uno de mis libros más personales.
un ilustrador o artista que admires: José Francisco Borges, un grabador brasilero. Sus xilografías son maravillosas.
un paseo en donde vives: Un clásico: el Museo de Bellas Artes, porque es un lugar al que voy desde muy chica, allí vi muestras y obras que me cambiaron la vida y queda cerca de una plaza hermosa y del Centro Cultural Recoleta, donde se pueden ver muestras de ilustración.
Lo último: definite en 4 palabras: OPTIMISTA- ansiosa- pragmatica - hedonista
Gracias Mariana por esta charla super inspiradora, no todos abren las puertas de su mundo personal más allá del profesional con tanta sinceridad y espontaneidad, nos quedamos con tus consejos (aunque no te guste darlos), coíncidimos al 100% y por eso seguiremos trabajando, trabajando, trabajando, para sacar, como decís, agua de las piedras :)
Que tengan una hermosa semana!
*Todas las fotos de este post son de Patricio Campini